Historias: ◆◆Hachikō: una historia de amor y lealtad◆◆

◆◆Hachikō: una historia de amor y lealtad◆◆

En 1924, Eisaburō Ueno, un profesor del departamento de agricultura en la Universidad de Tokio, adoptó a Hachikō como su mascota. Desde entonces, cada día Hachikō lo esperaba en la puerta delantera de la estación de Shibuya para saludar a su amo al final de cada día.

El 21 de mayo de 1925, el profesor Ueno no regresó; había sufrido un infarto que le provocó la muerte mientras impartía clase en la Universidad, pero Hachi se quedó allí, en su sitio, esperándole. Pasaron los días y Hachi seguía acudiendo fiel y puntualmente a esperar a su amo, sin importarle si hacía frío o calor; tan sólo esperaba volver a verle.

La devoción que Hachikō sentía hacia su amo fallecido conmovió a los que lo rodeaban, quienes lo apodaron el perro fiel. En abril de 1934, una estatua de bronce fue erigida en su honor en la estación de Shibuya, y el propio Hachikō estuvo presente el día que se presentó la estatua. La estatua fue fundida durante la Segunda Guerra Mundial, pero se erigió otra en agosto de 1947.

Hachikō murió el 8 de marzo de 1935, su cuerpo fue encontrado frente a la estación de Shibuya, tras esperar infructuosamente a su amo durante nueve años. Sus restos fueron depositados en una caseta de piedra que se construyó al pie de la tumba del profesor Ueno, aunque posteriormente, su cuerpo se recogió para ser restaurado y disecado y hasta el día de hoy está expuesto en el Museo de Ciencias Naturales de Ueno.

En las fotografías se muestra a la derecha los retratos de Hachikō y su amo el profesor Ueno. A la izquierda los restos de Hachikō el día que falleció en la sala de equipajes de la estación de Shibuya y que fue publicada por el diario «Yamato Shinbun» al día siguiente.

Tomado de la Revista Latin-a

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